Hornacinas en la ducha: Resolvemos tus dudas más comunes - Thebath

Hornacinas en la ducha: Resolvemos tus dudas más comunes

Las hornacinas de baño están de moda. Son prácticas, decorativas y permiten aprovechar al máximo el espacio. 

Si estás reformando el baño y te planteas incluir una, seguro que te surgen un montón de preguntas: ¿a qué altura colocarla?, ¿cuánta profundidad necesita?, ¿hay que hacerle pendiente?, ¿cómo se rematan los cantos?

En este artículo resolvemos todas esas dudas con información clara y actualizada, para que tomes la mejor decisión al diseñar tu ducha.

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¿A qué altura debe ir una hornacina de ducha?

La altura ideal para colocar una hornacina en tu ducha o bañera suele estar entre 1.20 y 1.50 metros del suelo. Esto permite que sea accesible para la mayoría de las personas, sin importar su estatura. Sin embargo, si en casa hay niños o personas con movilidad reducida, es recomendable ajustar la altura para que sea más cómoda para todos o incluso valorar poner dos hornacinas, una más baja y otra más alta.

En cuanto a la altura ideal, una hornacina debe tener entre 25 y 35 cm. Esta medida no solo resulta cómoda y accesible, sino que además ofrece espacio suficiente para colocar geles, champús y otros productos habituales de ducha sin problemas de altura.

 

¿Cuál es la profundidad recomendada?

La profundidad de la hornacina es un aspecto clave a la hora de diseñarla. La profundidad óptima suele estar entre los 10 y los 15 cm. Es suficiente para guardar cómodamente geles, champús y otros productos sin que sobresalgan ni se deslicen.

Si la pared donde se va a instalar la hornacina no tiene suficiente grosor, puede ser necesario hacer un retranqueo o valorar soluciones como un trasdosado, de modo que se consiga la profundidad adecuada sin comprometer la estructura o el aislamiento.

 

 ¿Debe tener pendiente para el agua?

Sí, es fundamental que la hornacina tenga una ligera pendiente. Aunque no reciba agua directamente, es habitual que acabe salpicada durante la ducha. Por eso, al instalar una hornacina, es importante crear un pequeño desnivel (entre 2 y 3 mm) hacia el exterior para facilitar el drenaje y evitar que el agua se acumule, lo que podría generar charcos, humedad o moho con el tiempo.

¿Qué tipo de cantos son mejores?

Los cantos de la hornacina deben estar bien rematados, no solo por estética, sino también para evitar acumulación de suciedad y posibles filtraciones de agua. El revestimiento puede hacerse con azulejos, mosaicos, mármol o piedra natural, pero lo más importante es que los bordes queden perfectamente sellados y nivelados.

A la hora de rematar los cantos, existen dos opciones principales:

  • Cantonera metálica o plástica: es la alternativa más rápida y económica. Ofrece un acabado correcto, aunque los perfiles quedan visibles y pueden romper la continuidad visual del revestimiento.
  • Ingleteado de cantos: consiste en cortar las baldosas o piezas en ángulo de 45º para que encajen entre sí sin necesidad de perfilería. Es una opción más laboriosa, pero consigue un resultado limpio, elegante y minimalista, ideal para baños de diseño.

Si buscas un acabado limpio y moderno, el inglete es la mejor elección

Hornacinas, ¿Solo en la ducha?

Aunque las hornacinas suelen asociarse principalmente a la zona de la ducha, su funcionalidad va mucho más allá. 

Un lugar muy práctico para instalarlas es sobre el inodoro, especialmente si este cuenta con una cisterna empotrada y no hay repisa superior. En ese hueco integrado se pueden colocar rollos de papel higiénico, ambientadores, toallitas o incluso pequeños elementos decorativos que aporten calidez y estilo al baño. Además, al estar empotradas en la pared, no restan espacio útil y ayudan a mantener el entorno más despejado y ordenado.

Las hornacinas también resultan muy útiles en otras paredes del baño, donde funcionan como estanterías discretas y estéticas. Son ideales para guardar toallas, albornoces, productos de higiene o cualquier artículo voluminoso que quieras tener a mano pero sin ocupar espacio exterior. Esta solución integrada no solo aporta funcionalidad, sino que contribuye a crear ambientes visualmente más limpios y amplios, lo que es especialmente valioso en aseos o baños de tamaño reducido.

Las hornacinas también decoran: organización y estética en un solo gesto

Además de su función práctica, las hornacinas tienen un gran potencial decorativo. Gracias a su diseño integrado en la pared, puedes jugar con diferentes formas, tamaños y ubicaciones para adaptarlas al estilo de tu baño. Desde líneas rectas y minimalistas hasta composiciones más originales, aportan personalidad y equilibrio visual a cualquier espacio.

Las posibilidades son infinitas: puedes crear una hornacina horizontal para dar sensación de amplitud, optar por varias hornacinas alineadas de forma vertical para reforzar la altura de la estancia, o incluso combinarlas en composiciones simétricas o asimétricas que refuercen el diseño del baño. Además, si eliges un acabado que contraste o complemente al resto del revestimiento, conseguirás un toque distintivo y elegante.

Resumen: claves para una hornacina perfecta en la ducha

En conclusión, incluir una hornacina en tu ducha no solo es una decisión práctica, sino también una forma de añadir un toque de estilo a tu baño. Con la información adecuada, podrás diseñar un espacio funcional y atractivo que se adapte a tus necesidades. ¡Anímate a darle un nuevo aire a tu ducha!

  • Altura recomendada: entre 25 y 35 cm desde el suelo
  • Profundidad ideal: entre 10 y 15 cm
  • Desnivel en la base: sí, para evitar acumulación de agua
  • Cantos: mejor ingleteados si quieres un acabado premium

 

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